Estafa del siglo: un científico famoso durante años dedicado a hallazgos arqueológicos falsos

El nombre de James Mellart es ampliamente conocido en la comunidad científica mundial. Este arqueólogo británico dedicó varias décadas a la investigación en Medio Oriente e hizo varios descubrimientos importantes. Pero, como descubrieron recientemente sus colegas, los resultados de sus actividades científicas tendrán que ser revisados. El hecho es que todos estos años, James Mellart, no solo se dedicó al estudio de los artefactos, sino que también logró falsificarlos.

Como joven científico, Mellart, junto con un grupo de arqueólogos británicos, participó en la excavación del asentamiento Chatal-Hyuk en los años 60 del siglo pasado. Como resultado del trabajo, se descubrieron más de 150 edificios y locales, decorados con una variedad de frescos, inscripciones y esculturas. La edad aproximada del acuerdo es de al menos 7400 años. Estos trabajos hicieron una gran contribución al desarrollo de los estudios culturales en el Medio Oriente.

James Mellart murió en 2012 a la edad de 86 años. Poco antes de su muerte, pidió a sus colegas que publicaran varios de sus artículos científicos, que no logró imprimir. Esta solicitud fue la razón por la cual hoy la actividad del famoso arqueólogo estaba bajo el escrutinio de la comunidad científica. El hecho es que el historiador suizo Eberhard Zangger, que se ocupó de la herencia de James Mellart, hizo una serie de declaraciones de alto perfil. Mientras trabajaba en la publicación de las obras del famoso británico, obtuvo acceso a los materiales científicos almacenados en su departamento. Lo que Zangger descubrió entre el patrimonio arqueológico de Mellart sorprendió desagradablemente al historiador. Resultó que el arqueólogo británico se dedicaba a la producción independiente de artefactos supuestamente encontrados. Se descubrieron borradores de frescos e inscripciones en la antigua lengua luviana en su departamento, lo que indica claramente que el británico emprendedor estaba involucrado en falsos hallazgos arqueológicos. Lo más probable es que Mellart se dedicara a la producción independiente de imágenes e inscripciones para dar el mayor significado histórico a sus excavaciones.

Tales casos nos muestran una vez más cuán relativo es el conocimiento científico del pasado humano. Nada impide dar información falsa como hallazgos genuinos, ya que a veces puede ser imposible de verificar incluso con el nivel actual de desarrollo tecnológico. Basado en datos científicos falsificados, uno puede construir fácilmente una teoría adecuada o hacer un descubrimiento sensacional. Por lo tanto, no hay garantía de que la imagen histórica existente del mundo sea genuina. Y es muy posible que los personajes del pasado que conocemos sean solo un producto de la imaginación de los científicos que los crearon en busca de la fama.

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