Cueva Fingalova: en este lugar único en el borde de la tierra, incluso la Reina Victoria

Este increíble lugar, ubicado en Escocia, ha atraído a viajeros durante siglos. Se trata de la estructura inusual de las paredes y la atmósfera que reina en la cueva. Aquí puedes escuchar los sonidos de la música real, y las paredes de esta cueva marina, a la que solo se puede llegar por agua, se asemejan a un castillo mágico.

La cueva de Fingal se encuentra en la isla escocesa de Staffa, en la costa noroeste de Gran Bretaña. Fue descubierto y descrito por primera vez en 1772 por el naturalista inglés Joseph Banks, a quien le sorprendió la apariencia inusual de la cueva y sus increíbles propiedades acústicas. El hecho es que las paredes y los arcos de la cueva, cuya longitud es de 113 metros, están compuestos por columnas de basalto, principalmente en forma de hexágonos. El techo de la cueva tiene una forma cóncava y refleja de manera especial los sonidos de las olas del mar.

Cabe señalar que de las mismas rocas basálticas se apila el resto de la isla de Staffa, que desde el nórdico antiguo se traduce como "isla de pilares". Pero desde el dialecto escocés, el nombre de la cueva se traduce como "cueva de melodías". Esto se debe al hecho de que, mientras están en una cueva, los viajeros pueden escuchar sonidos inusualmente armoniosos que se asemejan a la música. Puedes llegar a la cueva en barco, pero solo puedes moverte por la cueva a pie, pisando escalones desde columnas de basalto. Según los científicos, estos pilares de basalto se formaron como resultado de la lenta cristalización de la lava durante el turbulento pasado volcánico de esta región.

Nadie vive en la isla de Staffa: en esta tierra salvaje no hay un solo edificio de apartamentos. Pero la cueva de Fingalova es muy popular entre los turistas que visitan esta parte de Escocia. La cueva de las melodías, que tiene una acústica maravillosa y una apariencia única, fue visitada por personalidades tan famosas como la reina británica Victoria, los escritores Jules Verne y Walter Scott, así como el compositor Felix Mendelssohn. Gracias a su obertura "Cueva de Fingal", la cueva basáltica inusual obtuvo su nombre moderno.

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