Ferrocarril de Asia Central: el ferrocarril más pintoresco de América del Sur

Los Andes son uno de los sistemas montañosos más largos y más altos de nuestro planeta. Esta es una región con un clima duro, una naturaleza increíblemente hermosa y una historia de mil años. Y en estas increíbles montañas se encuentra uno de los ferrocarriles más increíbles del mundo: la carretera central de Andanese hacia Perú.

La construcción del primer ferrocarril en Perú comenzó en 1851, y la primera rama con una longitud de 13,7 kilómetros se colocó entre Lima y el puerto del Callao. La red ferroviaria serviría como un impulso para el desarrollo de la industria minera del país, y su objetivo principal era garantizar la entrega de mineral desde depósitos ubicados en las profundidades del Perú, así como el suministro ininterrumpido de alimentos a los mineros. De gran importancia fue la entrega de bienes de minas de plomo ubicadas en La Oroya y Cerro de Pasco.

El ingeniero polaco Ernest Malinovsky se dedicó al diseño de las secciones de alta montaña de la carretera de Andian Central, y la construcción de la carretera que conduce a lo profundo de los Andes duró desde la década de 1860 hasta 1908. Fue una campaña de construcción difícil, que estuvo acompañada de paradas periódicas en el financiamiento, muerte de trabajadores debido a la fiebre de la muerte y considerables dificultades de ingeniería asociadas con la construcción de túneles y puentes.

Cuando se completó la construcción, la Carretera de Asia Central, que conectaba varias minas y asentamientos a gran altitud, constaba de 61 puentes y 65 túneles. En términos de características de ingeniería, este fue un proyecto verdaderamente único, que no tiene igual en el mundo hasta ahora. La estación más alta de la Carretera de Asia Central es el cruce de Tiklio, ubicado a una altitud de 4.818 metros sobre el nivel del mar.

Después de la finalización de las obras principales, la carretera se completó y modificó, y en este momento, la longitud de la vía del ferrocarril de Asia Central en la parte alta de Perú es de 535 kilómetros. La carretera no está electrificada y solo es accesible a locomotoras diesel. El mineral es transportado desde las empresas mineras de la región, así como hace cien años, así como trenes turísticos, cuyos boletos tienen una gran demanda entre los viajeros que visitan Perú.

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