Los italianos finalmente lograron el cierre del laboratorio subterráneo de Gran Sasso

El Gran Colisionador de Hadrones no es la única instalación construida por físicos subterráneos y causa una tormenta de protestas entre la población y el público en cuestión. En las montañas italianas del norte del país hay un laboratorio físico que ha estado funcionando durante más de una década. Y todos estos años, el sitio experimental provoca el descontento de la población, los ambientalistas e incluso el liderazgo de la región.

El Laboratorio Nacional Gran Sasso está ubicado en las montañas del mismo nombre en la parte central de la península de los Apeninos. Ya en los años 80 del siglo XX, se construyó un túnel para automóviles en esta región. Fue entonces cuando nació la idea de colocar un centro experimental bajo el Monte Monte Aquila. Para simplificar el acceso al laboratorio subterráneo y al mismo tiempo ahorrar tiempo y dinero gastado en su construcción, se decidió conectar las instalaciones del nuevo centro con el túnel existente. Se le colocó una rama lateral, donde se encontraba el laboratorio para el estudio de partículas elementales, así como varios procesos en el campo de la física nuclear. El Laboratorio Gran Sasso en las montañas italianas existe desde 1989.

Todo este tiempo, se llevaron a cabo experimentos con partículas de neutrinos, estudios de los procesos de desintegración radiactiva y otros experimentos. Por supuesto, todos los proyectos son de naturaleza internacional y no son exclusivamente una iniciativa de investigación italiana. Cientos de científicos de varios países del mundo están conectados con el laboratorio, incluso de Rusia.

Pero, como suele ser el caso con laboratorios físicos similares, su apariencia causó una reacción particularmente negativa entre los residentes locales, así como entre los activistas ambientales. En las ciudades cercanas, se realizaban protestas regularmente, en las que la gente se pronunciaba en contra del funcionamiento del laboratorio. A pesar de todas las garantías de los físicos de que el laboratorio, ubicado a una profundidad de más de 1 kilómetro, no afecta negativamente el medio ambiente y la salud pública, las protestas continuaron. Después de varios años de confrontación, las autoridades locales también se pusieron del lado de los manifestantes y comenzaron a exigir el cierre del laboratorio.

No hace mucho tiempo, finalmente se decidió cerrarlo. A finales de 2018, se firmó un contrato con una de las empresas constructoras para el desmantelamiento de la parte principal del equipo Gran Sasso. Por supuesto, la comunidad científica conoció esta noticia con un arrepentimiento increíble, porque el complejo está equipado con todo lo necesario para experimentos complejos, y varios proyectos pueden llevarse a cabo en el laboratorio a la vez.

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