No es como en la caricatura: cuando las ardillas dientes de sable realmente vivían

En la popular caricatura "Ice Age" hay muchos personajes interesantes cuyos prototipos ya pertenecen a la fauna extinta de nuestro planeta. Una de ellas es una ardilla de dientes de sable llamada Skrat, que divierte al público con su pasión patológica por las nueces. Los mamíferos similares a él realmente vivían en la Tierra, pero solo que no eran contemporáneos de los mamuts y los tigres de dientes de sable de la edad de hielo, sino que vivían en un tiempo completamente diferente.

Pequeños mamíferos con largos colmillos, parecidos a ardillas o martas con hocico de zorro, aparecieron mucho antes de la edad de hielo. La especie se llamaba Cronopio dentiacutus y fue asignada al orden Meridiolestida, todos los cuales ya se han extinguido. Lo más probable es que los animales inusuales fueran los ancestros de los mamíferos modernos. Los primeros restos fosilizados de esta especie - huesos del cráneo y dientes característicos - fueron descubiertos en Argentina en el territorio de la Patagonia. Es interesante que esto sucedió hace poco, en 2011, es decir, después de que se lanzó la famosa caricatura con un personaje divertido.

Como mostraron los análisis, el dueño del cráneo encontrado vivió hace unos 90-100 millones de años, es decir, durante el período Cretácico. El animal, que fue llamado inmediatamente una ardilla de dientes de sable, se vio obligado a luchar por la existencia entre una variedad de dinosaurios, que en ese momento estaban muy extendidos en el planeta. A juzgar por el tamaño del cráneo encontrado, Cronopio dentiacutus eran animales pequeños con una longitud corporal de unos 20 centímetros, incluida la cola.

Las fauces de esta especie han llevado a los científicos a cierta confusión. No diferían en la fuerza y ​​el poder de la mordida, pero podían estar muy abiertos. A juzgar por la estructura de los dientes y las mandíbulas más bien débiles, Cronopio dentiacutus comía insectos y pequeños reptiles. Pero los colmillos largos no encajan en este esquema de poder. Quizás las proteínas de dientes de sable eran omnívoras y, además de los animales pequeños, se alimentaban de las raíces de las plantas.

Además del único fragmento del esqueleto encontrado por los paleontólogos en Argentina, aún no se han encontrado rastros de representantes misteriosos de la fauna del Cretácico.

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