Hacer estallar un huracán: ¿es posible detener la aparición de un potente ciclón?

Una declaración del presidente estadounidense sobre el tema de la explosión del huracán ya dio la vuelta al mundo antes de que Donald Trump refutara su declaración, calificándola de noticias falsas. Sin embargo, esta idea no es tan nueva ni tan increíble como podría parecer a primera vista. Los científicos hicieron propuestas similares a mediados del siglo pasado. Pero, ¿qué tan efectivo es esto? ¿Es posible detener realmente el movimiento de un poderoso ciclón tropical?

Los huracanes tropicales provenientes del Océano Atlántico son el mayor problema natural de los Estados Unidos. Ni terremotos, ni nevadas, ni sequías, nada trae tantos problemas como los huracanes. Su llegada anualmente resulta en miles de millones de dólares en gastos presupuestarios, pérdidas para la economía del país y pérdida de vidas. Por lo tanto, no es sorprendente que los políticos y los científicos ofrezcan diferentes formas de lidiar con esta molestia natural, incluidas las increíbles.

El uso de una bomba nuclear, como una de las formas de detener el ciclón, ha sido discutido por los científicos durante mucho tiempo. Al menos ya en los años 50 del siglo pasado, cuando la humanidad se dio cuenta del poder total de una explosión nuclear, aparecieron los primeros pensamientos sobre este tema. Los científicos propusieron explotar una poderosa carga nuclear en el centro del ciclón. Según los cálculos, esto no ayudaría a destruir completamente el enorme sistema atmosférico, pero podría reducir la potencia del huracán, minimizando el daño. Dichos planes se discutieron ampliamente, pero no alcanzaron una aplicación práctica, ya que este método tiene una serie de consecuencias peligrosas. El uso de una ojiva nuclear en sí representa una amenaza de propagación de la contaminación radiactiva, y este proceso es difícil de controlar y predecir. Y dado que en la costa de los Estados Unidos y el Caribe anualmente caen hasta 3-7 huracanes poderosos, y más de 10 son más débiles, es difícil imaginar cuánto resultará su destrucción en el uso de una carga nuclear. Además, el uso de armas nucleares, aunque con fines pacíficos, requerirá la coordinación con otros países y la aparición de nuevas normas internacionales que rijan este tema.

Además de la explosión nuclear en el centro del ciclón, existen otras propuestas para enfrentar los huracanes. Por ejemplo, los científicos de la Universidad de Leeds (Gran Bretaña) proponen lidiar con los huracanes destructivos enfriando la superficie del océano en sus lugares de formación. El poder del ciclón, su tamaño y su poder destructivo dependen del grado de calentamiento de las capas superiores del océano. En los años más calurosos, cuando hay un exceso de temperatura en comparación con las estadísticas promedio, se produce la formación del mayor número de ciclones tropicales. Las simulaciones de laboratorio han demostrado que la creación de nubes artificiales y el sombreado de la superficie del Atlántico en las latitudes tropicales evitará el sobrecalentamiento del agua y la formación de huracanes a gran escala. Por supuesto, ocurrirán ciclones, pero serán más débiles. Sin embargo, este método también requiere costos financieros significativos, por lo que en el futuro cercano es poco probable que escuchemos que logramos evitar la aparición de un poderoso ciclón en tierra.

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