Un nuevo tipo de pez luna: a las extrañas criaturas les encanta tomar el sol y no les gustan las focas

Los científicos han descubierto una nueva cuarta especie de pez luna. Su presencia fue predicha por el análisis de ADN de otras especies que los científicos encontraron, pero solo recientemente lograron ver a esta extraña criatura en vivo. Curiosamente, en inglés este pez se llama pez luna - pez luna. Pero el nombre alemán los describe mucho mejor: Schwimmender Kopf, o "cabeza flotante".

El cuarto no es superfluo

Las aletas de este pez cuelgan al azar, los dientes forman una boca con forma de pico y parecía estar hecha de arcilla de manera incompleta, dejando una pieza sin forma de tres metros de largo y dos de altura (las aletas del pez luna son verticales) y pesan 2.5 toneladas.

Antes de que se descubriera Mola tecta, la llamada nueva especie de pez, los científicos estudiaron muestras de peces luna durante cuatro años para asegurarse de que realmente encontraran algo nuevo. Las muestras genéticas hablaron de la existencia de cuatro especies de peces luna, mientras que solo se conocían tres. Para probar la existencia de la cuarta especie, tuvo que ser descubierta.

Luna bronceada

Por cierto, las aletas verticales pueden ser engañosas: los peces luna pueden confundirse con un tiburón. Pero, de hecho, son criaturas suaves y conmovedoras a las que les encanta tomar el sol.

La mayoría de los peces luna viven a una profundidad de hasta 600 metros, por lo que cuando se elevan brevemente a la superficie, intentan aprovechar al máximo este tiempo. Extendieron sus cuerpos planos para captar los rayos del sol. Por supuesto, lo primero que les importa no es un buen bronceado, sino calor solar. Además, se convierten en "platos" para las aves marinas, que con placer comen parásitos de los cuerpos de los peces, ayudándolos.

Pero no todos son tan amigables con estas criaturas. Por ejemplo, las focas y los leones marinos, después de atrapar al pez luna, pueden rasgarle una aleta vertical y dejarlo así. No está claro por qué lo hacen, por interés deportivo, o no les gusta el sabor. Pero todo termina trágicamente: privado de aletas, el pez se hunde lentamente, indefenso frente a los depredadores marinos.

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