Los biólogos evolutivos han descubierto parientes inesperados entre diferentes especies de animales.

La evolución es uno de los principales misterios de la Tierra. Desde la época de Darwin, los científicos han estado luchando por resolverlo, tratando de determinar cómo evolucionaron los seres vivos en el planeta, cómo se relacionan entre sí y en qué punto aparecieron especies de animales completamente diferentes de una rama. Recientemente, los biólogos evolucionistas compilaron un árbol filogenético de los vertebrados de la mandíbula, cuya base fue el conjunto de datos filogenéticos moleculares más grande e informativo jamás analizado por los científicos. Esta construcción arroja luz sobre algunos secretos de la evolución.

Tan diferentes parientes

Los vertebrados de la mandíbula son peces, anfibios, mamíferos (incluidos los humanos), serpientes, tortugas, lagartos, cocodrilos y aves. Hay miles de especies de estas criaturas, y todas son muy diferentes entre sí, mostrando grandes diferencias en la riqueza de especies, historia de vida, comportamiento y muchos otros aspectos de su biología. Sin embargo, todos tienen una columna vertebral y una mandíbula, de ahí su nombre.

Desde su origen, hace unos 470 millones de años, los vertebrados de la mandíbula han estado muy divididos: incluyen más de 68,000 especies descritas, sin contar las extintas. Algunos de ellos desarrollaron habilidades que les permitieron abandonar el agua y conquistar la tierra en todos los continentes durante el período Devónico. Incluso aprendieron a volar más de una vez.

La evolución de los vertebrados de la mandíbula es parte de la historia del desarrollo humano. Por lo tanto, la comprensión de la relación evolutiva entre los vertebrados de la mandíbula sigue siendo uno de los principales misterios no resueltos en biología. Por ejemplo, en algunas especies, incluso después de la separación, aparecieron mecanismos evolutivos similares (la capacidad de volar en pájaros y murciélagos, la ecolocalización en los mismos ratones y ballenas, etc.).

Arqueología molecular

El último estudio reconstruye un nuevo árbol filogenético de los vertebrados de la mandíbula, utilizando un total de 7.189 genes de 100 especies, cada una de las cuales tiene un millón de nucleótidos. Esto puede llamarse "arqueología molecular": en base a las huellas dejadas por la evolución en nuestro ADN, se restauran los eventos que ocurrieron hace millones de años.

Los resultados revelan varias relaciones de "parentesco" entre diferentes tipos de vertebrados maxilares, que durante décadas han permanecido sin probar. Por ejemplo, los peces de doble respiración resultaron ser los parientes vivos más cercanos de los vertebrados terrestres.

También reveló la estrecha relación de las tortugas con los cocodrilos y las aves (archosaurios), así como las relaciones especiales entre grupos de anfibios (salamandras, ranas y anfibios sin patas).

Algunos resultados nos hacen reconsiderar hipótesis anteriores. Por ejemplo, anteriormente se creía que los dos grupos principales de aves y mamíferos se separaron después de la extinción de los dinosaurios hace unos 67 millones de años. Un nuevo estudio muestra que ambos grupos son en realidad mucho más viejos.

Los científicos confían en que en el futuro este método también se puede utilizar para restaurar las relaciones evolutivas entre otros grupos misteriosos de organismos, cuyos secretos aún están en espera de pistas.

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