Zonas de muerte en los océanos: por qué nadie vive aquí

Los científicos están haciendo sonar la alarma: recientemente en las aguas de los océanos hay cada vez más las llamadas zonas muertas, territorios donde no hay vida. No hay corales, peces y mariscos, solo aguas sin vida, que son más elocuentes que cualquier otro hecho, nos dicen que se está gestando una catástrofe ecológica global en nuestro mundo.

Zonas muertas: estos son los territorios de los mares y océanos en los que hay poco oxígeno catastróficamente. Por esta razón, los habitantes marinos no pueden existir allí, y solo las algas unicelulares sobreviven para las cuales no requieren mucho oxígeno.

Una de las últimas zonas muertas o zonas de muerte descubiertas por los científicos se encuentra en el Golfo de Omán, en el Mar Arábigo. En total, según la investigación, se encontraron alrededor de 400 zonas muertas privadas de oxígeno y fauna marina en las aguas del Océano Mundial. Estas son principalmente secciones del Golfo de México y el Océano Atlántico a lo largo de las costas de los Estados Unidos, el Mar Báltico, los mares Amarillo y Sur de China, así como algunas secciones del Mar Mediterráneo y el Mar Negro.

La razón de una propagación a gran escala del fenómeno negativo en el océano es un creciente impacto antropogénico. El océano ya no puede resistir el cambio climático y la presión que la civilización humana ejerce sobre él. Todas las zonas de muerte están confinadas a áreas donde grandes ríos desembocan en los mares, transportando contaminantes en sus aguas. Las aguas residuales de los campos agrícolas con un alto contenido de nitratos, fertilizantes orgánicos y pesticidas, así como los efluentes de empresas industriales e instalaciones comunales representan una gran amenaza para la vida marina. La oxidación y descomposición de contaminantes consume el precioso oxígeno necesario para la respiración. Además, el aumento de la temperatura del agua en los océanos asociado con el calentamiento global también contribuye a reducir los niveles de oxígeno en la columna de agua.

Propagación de algas en el Golfo de México.

Como resultado de la contaminación de la cuenca del mar en el agua, solo las algas unicelulares pueden sobrevivir, cuya rápida reproducción también conduce a una disminución en la cantidad de oxígeno y solo exacerba la situación.

Solo puede haber una salida: reducir el nivel de impacto antropogénico en los sistemas fluviales que llevan sus aguas al océano. Pero en una economía global y una producción mundial en crecimiento, esto es casi imposible. Los principales culpables de esta situación son los líderes económicos mundiales. Se trata principalmente de Estados Unidos, Canadá, Europa y China, cuyo impacto negativo en los recursos hídricos de nuestro planeta se está volviendo desenfrenado.

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