La tecnología subterránea de inyección de CO2 se enfrenta al rechazo público

La comunidad internacional, seriamente preocupada por el exceso de gases de efecto invernadero, exhorta a los países que son grandes productores de contaminantes a cumplir con las cuotas. Para ajustarse a las regulaciones, muchos países europeos tienen que desarrollar una serie de medidas para reducir las emisiones de CO2, y uno de ellos es la inyección de gas en instalaciones de almacenamiento subterráneo.

Puede parecer increíble, pero la inyección de gas en tanques subterráneos, junto con la introducción de energías alternativas y tecnologías verdes, fue reconocida como un medio eficaz y, lo más importante, seguro para reducir las emisiones de CO2. Los reservorios subterráneos pueden ser huecos restantes después de la minería, o cualquier otro reservorio natural ubicado bajo tierra. Los defensores de este método de utilización de dióxido de carbono creen que el almacenamiento de gas en depósitos subterráneos es seguro y que el gas en esta condición puede almacenarse durante al menos 100,000 años. Tales conclusiones fueron extraídas de observaciones de depósitos naturales de dióxido de carbono. A pesar de que varios expertos afirman que el gas puede regresar a la atmósfera o incluso causar un terremoto por una razón u otra, algunos países del mundo ya están implementando dichos proyectos.

El líder en esta industria es la empresa noruega Statoil, que realiza la producción de hidrocarburos en el Mar del Norte. Durante más de 20 años, ha habido un almacenamiento subterráneo de dióxido de carbono en el campo Sleipnir, que es un subproducto de la producción de gas natural aquí. Una capa de rocas impermeables protege el almacenamiento subterráneo de las fugas de gas, y los científicos que monitorean el estado del almacenamiento aseguran que no haya motivo de preocupación. Existen instalaciones de almacenamiento similares en algunos otros campos, y la mayoría de los políticos europeos favorecen un aumento en su número.

Pero las instalaciones subterráneas de almacenamiento parecen ser una opción ventajosa solo para funcionarios y empresas industriales, mientras que los europeos comunes desconfían mucho de la introducción de tales tecnologías. Esto es confirmado por las protestas masivas en Alemania y Noruega, por lo que el liderazgo de estos países tuvo que cancelar la construcción prevista de las instalaciones de almacenamiento. La gente, no sin razón, cree que la hermeticidad del almacén puede dañarse como resultado de desastres naturales o provocados por el hombre, y luego estallará una gran cantidad de gas tóxico.

Pero aún tiene que hacer algo con el gas, porque, como muestran las mediciones, la temperatura media anual en el mundo durante el siglo pasado ha aumentado en 1,5 grados. Este es un indicador muy significativo, que indica los cambios climáticos globales que ocurren en la Tierra. Países industrializados, los principales proveedores de JI2 En la atmósfera, buscan frenéticamente formas de resolver el problema, pero por el momento estos esfuerzos, lamentablemente, no son suficientes.

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