Se ha vuelto mucho mejor: la genética insertó el gen del conejo en una planta de interior

La genética nunca se cansa de sorprender al mundo, cruzando las especies de animales más inesperadas entre sí e incluso conectando animales con plantas. Recientemente, los científicos presentaron al mundo los resultados de otro experimento genético, durante el cual el gen del conejo se insertó en el genoma de una planta de interior popular para mejorarlo.

Como base de este experimento científico, una planta llamada epipremnum golden (lat. Epipremnum aureum). En la naturaleza, esta liana se encuentra en las islas de la Polinesia Francesa en el Océano Pacífico, pero el epipremnum dorado es tan decorativo y sin pretensiones en el mantenimiento que rápidamente se hizo popular en la floricultura de interior. Hoy, esta vid se puede encontrar como planta de interior en muchos países del mundo. Como los expertos de la NASA lograron descubrir, este tipo de epipremnum no solo es hermoso, sino que también hace frente eficazmente a la purificación del aire a partir de benceno y cloroformo. El benceno es un carcinógeno peligroso que ingresa al medio ambiente como resultado de la contaminación antropogénica. Las principales fuentes de esta sustancia son las empresas de transporte e industriales, y en las grandes ciudades esta sustancia a menudo está presente en el aire atmosférico y en el aire residencial. Pero el cloroformo no es tan común en condiciones normales, pero también es una sustancia venenosa peligrosa.

Como parte del proyecto Clean Air, los científicos investigaron todo tipo de plantas que pueden limpiar el aire y mejorar su calidad en las condiciones de las estaciones orbitales. Epipremnum Golden mostró muy buenos resultados en la purificación del aire de contaminantes tan peligrosos como el benceno y el cloroformo. Pero esto no les pareció a los científicos, decidieron llevar las habilidades de la planta a la perfección.

Resulta que en el cuerpo de algunos mamíferos hay un gen especial llamado P450 2e1, que es responsable de la producción de una enzima que promueve la descomposición de ciertos químicos agresivos que ingresan al cuerpo. Una de las variantes de este gen se eliminó del conejo y se colocó en el genoma del epipremnum dorado. Como se esperaba, expertos de la Universidad de Washington, tal procedimiento tuvo un efecto beneficioso sobre la capacidad de la planta.

Las plantas modificadas genéticamente se colocaron en cámaras cerradas que contienen benceno y cloroformo en el aire. Resultó que la nueva versión del epipremnum con el gen del conejo descompone las moléculas de benceno 4,7 veces más rápido que su versión natural. Durante 8 días, la concentración de benceno en la cámara experimental disminuyó en un 75%, y el cloroformo casi desapareció solo 6 días después del inicio del experimento.

Inspirada por tal éxito, la genética decidió continuar los experimentos con el epipremnum dorado e inculcarle otros genes útiles.

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